Los buñuelos de viento son una de esas recetas que siempre sorprenden por lo simples que son y por lo ricos que quedan.
Crujientes por fuera, suaves por dentro y con ese aroma dulce tan característico, son ideales para acompañar una merienda en familia o para preparar en grandes cantidades en celebraciones.
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Esta versión casera es económica, rinde muchísimo y se hace con pocos ingredientes.
Ingredientes
• 200 g de harina común
• 1 pizca de sal
• 30 g de azúcar
• 3 cucharadas de aceite de cocina
• 2 cucharadas de esencia de vainilla o esencia de naranja
• 2 huevos
• 300 ml de leche
• Aceite para freír (cantidad necesaria)
Preparación
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Colocá la harina en un bol grande y agregá la pizca de sal y el azúcar. Mezclá con una cuchara para distribuir los ingredientes secos de forma pareja.
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En otro recipiente, batí los huevos con la esencia elegida y las cucharadas de aceite. Esto ayuda a que la masa quede más fina y con buen color al freír.
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Sumá la mezcla líquida al bol de la harina y empezá a incorporar lentamente.
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Agregá la leche de a poco mientras batís con un batidor de mano hasta obtener una mezcla suave, sin grumos y de textura fluida. Debe quedar similar a una mezcla para panqueques, ni muy líquida ni demasiado espesa.
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Si notás la harina demasiado húmeda o la mezcla con grumos que no desaparecen, podés pasar todo por la licuadora durante unos segundos para lograr una masa completamente homogénea.
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Una vez lista, llevá la mezcla a la heladera durante al menos 15 minutos. Este reposo ayuda a que los buñuelos mantengan mejor su forma al contacto con el aceite caliente.
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Calentá abundante aceite en una olla profunda a fuego medio. El aceite debe estar bien caliente, pero sin humear. Para comprobarlo, sumergí ligeramente el molde metálico para buñuelos: si burbujea suavemente, está listo.
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Colocá el molde dentro del aceite caliente para precalentarlo. Luego, sumergilo en la mezcla, cuidando de no cubrir completamente el borde superior, ya que esto evita que la masa se adhiera demasiado.
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Inmediatamente llevá el molde nuevamente al aceite y agitá con cuidado hasta que el buñuelo se desprenda solo.
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Freí cada pieza hasta que quede dorada y crujiente. Retirá y colocá sobre papel absorbente.
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Repetí el proceso hasta terminar toda la mezcla. Si querés, podés espolvorear con azúcar mientras aún están tibios.
Tips y consejos:
• Si la masa se cae muy rápido del molde, necesita enfriarse un poco más.
• Si cuesta desprenderla, el molde no está lo suficientemente caliente.
• El fuego debe mantenerse medio–bajo para lograr un dorado parejo.
• Se pueden aromatizar con canela o ralladura de limón.
• Para más crocancia, usá aceite limpio y profundo.
• Guardalos en un recipiente hermético para mantener su textura.
Estos buñuelos caseros son una opción deliciosa, rendidora y perfecta para cualquier ocasión especial.
