¿Cuántas veces tuviste una botella en la mano, sin destapador cerca, y terminaste golpeándola contra una mesa o pidiendo ayuda?
Lo que muy pocos saben es que algunas botellas tienen un truco oculto en el diseño de su tapa que te permite abrirlas usando solo tus dedos.
Sí, leíste bien: sin herramientas, sin golpes y sin esfuerzo.
La tapa tiene un secreto (y está justo frente a tus ojos)
Las tapas metálicas de muchas botellas —como las de cerveza o gaseosas en botella de vidrio— no están hechas al azar.
Tienen una zona más débil, justo en la parte inferior, donde encajan con el cuello de la botella.
Si observás bien, vas a notar un pequeño espacio o «punto de tensión», que no se ve tanto, pero se siente al tacto. Ese es el lugar exacto donde podés hacer palanca para aflojar la tapa.
Este sistema no está pensado como un método oficial de apertura, pero es súper útil para esos momentos en los que no tenés más que tus manos.
Cómo ponerlo en práctica
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Ubicá la zona justa
Sostené la botella firme con una mano y, con el índice de la otra, tocá suavemente el borde inferior de la tapa. Vas a notar una pequeña diferencia en la presión. -
Hacé presión con la yema del dedo
Empujá hacia arriba con decisión pero sin exagerar. La tapa empezará a soltarse por un lado. -
Giralo o levantalo con cuidado
Una vez que aflojó un borde, ya podés levantar la tapa con los dedos o terminar de abrir girando suavemente. -
¡Botella abierta!
Sin usar cuchillos, encendedores ni golpes contra la mesa.
Consejos que suman
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Este truco funciona mejor en botellas con tapas dentadas y cuello corto.
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No uses las uñas, solo la parte blanda del dedo.
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Si cuesta un poco, mové levemente la botella y probá desde otro punto.
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Ideal para camping, juntadas o cualquier momento improvisado.
Ahora que lo sabés, abrí botellas como un campeón sin necesidad de buscar un destapador.
Lo mejor es que nadie va a entender cómo lo hiciste, pero vos ya tenés la data.