Aunque a simple vista una llave francesa rota parezca inservible, lo cierto es que puede tener una segunda vida útil con una reparación muy sencilla.
Muchas veces, estas herramientas se descartan por desgaste o rotura del mecanismo de ajuste, pero lo que pocos saben es que con un poco de ingenio, es posible arreglarla y dejarla funcionando como nueva.

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En este truco casero, te mostramos paso a paso cómo devolverle la funcionalidad usando elementos que seguro tenés en casa.
Materiales necesarios
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Llave francesa vieja o rota
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1 tuerca metálica del tamaño adecuado
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1 tornillo que encaje con la tuerca
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Soldadora eléctrica o de arco
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Amoladora (opcional, para limpiar la superficie de soldadura)
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Pinza de sujeción
Pasos para reparar la llave francesa
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Desarmar la llave si aún conserva restos del sistema de ajuste original. Limpiá bien el área donde se encuentra el mecanismo regulador.
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Elegí una tuerca que encaje perfectamente con el tornillo que vas a utilizar. Probalo antes para asegurarte de que gira con facilidad.
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Acomodá la tuerca en el sector donde iba el engranaje. Sostenela firmemente con una pinza o colocala dentro de una pequeña ranura si la herramienta lo permite.
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Usando una soldadora, soldá únicamente la tuerca al cuerpo de la llave. No sueldes el tornillo, ya que debe quedar libre para funcionar como eje de ajuste.
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Una vez frío, enroscá el tornillo. Este actuará como nuevo regulador, permitiendo que la mandíbula móvil se desplace según lo necesites.
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Probá la herramienta con una tuerca o tornillo real. Apretá y ajustá para asegurarte de que quedó bien firme.
Consejos útiles
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Para una soldadura más prolija y resistente, podés limpiar previamente la superficie con una amoladora o lija de metal.
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Si el tornillo elegido es muy largo, cortalo con una sierra o amoladora para que no sobresalga demasiado.
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Este truco es ideal para llaves que perdiste el sistema interno y querés reutilizar en tareas livianas o de emergencia.
¿Cuándo conviene y cuándo no?
Este método es ideal para herramientas que ya no usás por estar incompletas, o si querés ahorrar sin comprar una nueva. Funciona muy bien en tareas hogareñas, de jardinería o mecánica liviana.
Sin embargo, no se recomienda para trabajos profesionales de alta presión, ya que el nuevo sistema no tiene la precisión del original.
Aun así, como recurso de emergencia o reparación provisoria, es más que útil.
Dale una nueva vida a tus herramientas y evitá tirar algo que todavía puede servir.
A veces, con una tuerca, un tornillo y un poco de creatividad, podés resolver más de lo que imaginás.